28.02.2017
Antiguamente, la sidra elaborada en muchos caseríos lagar de Astigarraga se transportaba a San Sebastián para su consumo en las sidrerías de la ciudad o para la flota ballenera guipuzcoana, cuyo destino principal era Terranova, al otro lado del océano Atlántico.
Durante muchos siglos y hasta mediados del siglo XIX, la principal vía de comunicación entre Astigarraga y Donostia fue el río Urumea. El transporte se realizaba a través de unas barcazas de madera llamadas alas o gabarras, que aprovechaban tanto la corriente del río como la subida y bajada de las mareas. Así, las barricas de sidra se cargaban en los puertos del Urumea existentes en Astigarraga y se descargaban en el antiguo puerto donostiarra de Santa Catalina. Desde aquí, los boyeros utilizaban carros tirados por bueyes (gurdiak) para llevar las barricas hasta el interior de la ciudad.
Gracias a nuestro trabajo de investigación, sabemos que desde principios del siglo XVI dos de aquellos caseríos lagar de Astigarraga cercanos al Urumea fueron Petritegi y Lizeaga, que cultivaban sus propios manzanos, elaboraban sidra y disponían de embarcadero propio.
Es por ello que las sidrerías Lizeaga y Petritegi de Astigarraga quieren recuperar ésta antigua tradición guipuzcoana con el objetivo de ofrecérsela a los ciudadanos, reproduciendo y compartiendo así nuestra historia y culturas.