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El roble y la manzana

Aritz significa roble en euskera. Y la manzana es el símbolo de Petritegi y
de su tradición sidrera. Cuando ambos se juntan, juegan.

La vida es un juego entre la constancia y el talento natural.
Entre la fuerza de voluntad y la imaginación.
La vida es un juego entre un roble y una manzana.
Porque de ese juego nacen las cosas que no pueden ser, pero son.
La cosas con verdadero sabor.
Como los jugadores que mejoran con el tiempo.
O las sidrerías que, quinientos años después, siguen siendo auténticas.

Como Petritegi.
Donde nace la sidra.

La herencia sidrera
de Aritz Aduriz

Hay cosas que parecen fortuitas, pero no lo son. Aritz Aduriz no ha sido elegido para presentar Petritegi por casualidad, sino porque probablemente era la persona más indicada. El futbolista internacional está estrechamente relacionado con nuestra casa desde niño. Su abuela materna vivió la tradición sidrera en el caserío Mendietxeberri de Oiartzun y es hermana de Joxe Mari Izaguirre, abuelo de la sidrera y actual representante de Petritegi Ainara Otaño. Y su abuelo paterno y su padre dedicaron muchos años al oficio de sidrero en otro antiguo caserío de Oiartzun, la Sidrería Aduriz. Así que fue casi inevitable imaginar a un joven Aduriz tratando de mantener en el aire una manzana durante su niñez, y tampoco costó mucho esfuerzo concebirlo de nuevo, ya como deportista consagrado, repitiendo ese hermoso juego.

Malabarismos bajo
los manzanos

Un roble (Aritz) jugando con una manzana. Jugando y jugando. Jugando desde la mañana hasta la noche. En unos manzanales de Astigarraga cercanos a la sidrería. Bajo una encina centenaria en el entorno de Zarautz. Y en las propias instalaciones de Petritegi, junto a sus antiquísimas kupelas de madera. Así se desarrolló el rodaje del spot de “El roble y la manzana”. Aduriz haciendo malabarismos con una minúscula e irregular pelota, y nosotros haciendo malabarismos para recoger con fidelidad y precisión la belleza de ese momento.