22.09.2016 / Actualidad
La ciudad de San Sebastián se llena estos días de estrellas con motivo del la 64 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, el Zinemaldia. Cada año, directores, actores, productores y demás profesionales del panorama cinematográfico nacional e internacional se acercan hasta Donostia y aprovechan su estancia para conocer la ciudad y sus alrededores, como por ejemplo Astigarraga.
De ahí que en Petritegi hayamos recibido a algunas de esas estrellas atraídas hasta Astigarraga por la cultura de la sidra. Visitas que, por cierto, nos han dejado alguna que otra anécdota.
Una que recordamos con mucho cariño se remonta al año 1993. Era la 41 edición de Zinemaldia en la que Julio Medem presentaba el film "La ardilla roja", su segundo largometraje después de la película “Vacas”. El director vasco, la actriz protagonista, Emma Suárez, y la propia película, sonaban en las quinielas con opción a alguno de los premios principales.
Un miembro del equipo de la película, conocedor de las sidrerías de Astigarraga, tuvo la genial idea de organizar una cena en Petritegi a la que acudieron, entre otros participantes de la película, la actriz madrileña Emma Suárez. Entre los parroquianos habituales de la sidrería y los nuevos clientes, el ambiente en Petritegi tenía esa noche algo de mágico y glamuroso, destacando por su simpatía y belleza la protagonista de "La ardilla roja".
En la bodega oficiaban Joaquín Otaño y su hijo Jokin, que entonces tenía 23 años de edad. Alguien preguntó a Joaquín por el significado de los nombres que se podían leer en los carteles de las cubas de una de nuestras bodegas. “Son nombres de ríos del País Vasco”, dijo Joaquín. Por su parte, Jokin aprovechó para explicar a los allí presentes que era habitual poner nombres a las cubas de sidra (kupelas), una antigua costumbre que se sigue manteniendo en la actualidad en prácticamente todas las sidrerías.
En la bodega se respiraba muy buen ambiente y un aficionado a la sidra propuso a Joaquín y Jokin poner el nombre de la actriz Emma Suárez a una de las kupelas, en el caso de que esta fuera finalmente premiada en el Festival de Cine de San Sebastián. Entre risas, padre e hijo aceptaron la propuesta y aseguraron que así lo harían.
Al final, el film no obtuvo el reconocimiento esperado y se fue del Zinemaldia con las manos vacías. Tampoco la actriz consiguió la ansiada Concha de Plata por su papel protagonista y es por ello por lo que finalmente no tenemos en nuestra sidrería una kupela con su nombre. Pero no olvidéis que una de las cubas de Petritegi podría haberse llamado hoy Emma Suárez.